lunes, 5 de octubre de 2015

Muebles: Mueble moderno

Nuestro hogar es un espacio íntimo y personal, pero el ritmo de vida que llevamos no nos permite disfrutar de nuestra casa tanto como desearíamos. Eso sí, a todo el mundo le gusta que su vivienda sea acogedora y confortable, un espacio con el que identificarse y en el que sentirse a gusto plenamente.
Es evidente que el mobiliario que elijamos para nuestra casa debe tener un cariz práctico. La opción más interesante es la que sabe encontrar un equilibrio entre la funcionalidad y el estilo. Existen diferentes estilos decorativos, pero ninguno es de entrada más apto que otro y es mejor no obsesionarse con una línea decorativa determinada. Si bien debemos ser coherentes en la decoración de nuestra casa y no caer en los contrastes demasiado rotundos, es interesante un cierto eclecticismo. La mezcla de algunos materiales da muy buenos resultados, por lo que si nos gusta la madera, por ejemplo, podemos casarla con el acero. No tenemos por qué decantarnos por un estilo rústico puro. Son el sentido común, las necesidades de cada uno y el gusto personal los que deben dictarnos el diseño de nuestro hogar. Nunca la moda debe actuar por sí sola.
Cada diseñador aboga por unos objetivos diferentes en la proyección de los interiores. Los hay que subrayan el gusto por el color, la imaginación o la creatividad. Algunos se decantan por unos diseños alegres para crear espacios frescos, desenfadados y optimistas. Otros profesionales son más conservadores y prefieren interiores discretos, refinados y sencillos. Pero todos los diseñadores tienen como denominador común la constante búsqueda de muebles y ambientes que contribuyan a nuestra calidad de vida.
Actualmente no sólo las personas más adineradas aspiran a decorar su casa. Con un poco de buen gusto e imaginación todos podemos diseñar espacios hermosos. Además, existen tiendas que ofertan muebles de diseño a unos precios bastante asequibles. Aún así los que disponen de más presupuesto pueden hacerse con los muebles y complementos de los diseñadores más prestigiosos y contratar los servicios de decoradores de interiores.
Hasta el presente siglo dicha profesión no existía, pues eran los mismos vendedores de muebles o los tapiceros, entre otros, los que aconsejaban sobre decoración. Es en pleno siglo XX cuando nace el oficio de diseñador de interiores, al principio asociado al comercio de antigüedades. Hoy, la existencia de unos estudios de arquitectura interior, y por tanto la vigencia de unos profesionales en este campo, confirma el interés que despierta este tema.
La decoración de un espacio implica muchos factores. No sólo incumbe a los muebles, también hay que jugar con el color, la iluminación y los revestimientos de paredes y sueles. En la creación de un ambiente determinado y la elección de sus componentes, también deberemos valorar el presupuesto con el que contamos, el espacio disponible, la antigüedad de la casa, el número de habitantes del hogar y su edad.
El toque final a una casa lo darán, sin duda, los detalles decorativos: las obras de arte, como esculturas y pinturas, las lámparas o las plantas. En todo caso, la distribución de cada habitación debe hacerse detenidamente. Si es necesario, hágase un plano a escala de la habitación con sus elementos y combínense hasta encontrar la planificación más satisfactoria.
Es difícil recrear en nuestro hogar una tendencia pura. Podemos conseguir un efecto igualmente armonioso mediante la mezcla de diversos estilos. En los años setenta irrumpió el estilo "high tech" que concebía el espacio como un lugar funcional y de trabajo. Se utilizaron materiales industriales en el diseño interior como el cristal, el metal, el plástico y el caucho. Quizás su rasgo más innovador fue el reciclaje de objetos de la industria para el hogar. De hecho, no fue una moda pasajera y efímera pues ha sido la base de un estilo más actual: el tecnológico. Se puede afirmar que la  tendencia tecnológica es una reacción al estilo rústico, igual que el "high tech" no contemplaba el hogar como el refugio de la comodidad sino como un espacio sorprendente a partir de la combinación de elementos desconocidos.
Si se desea un ambiente sin objetos inútiles, sin profusión decorativa y que valore la sensación de espacio por encima de todo, es probable encontrar satisfacción en el estilo tecnológico. En él priman las líneas puras y la simplicidad. Los materiales por excelencia son el acero cromado y el cuero negro. Se trata de unos muebles atemporales y que no cansan por su discreción. Las paredes casan con el blanco o los grises, nunca con colores estridentes. Se busca la integración de paredes, suelos y muebles. Es un estilo que admite ciertas concesiones pero que requiere mucha coherencia compositiva.
En cambio, otros sueñan con un estilo rústico para su casa. Son los amantes de los muebles viejos y antiguos. Los que desean convertir el hogar en un espacio donde los materiales naturales, esencialmente la madera, y la calidez sean los protagonistas. La ventaja del estilo rústico es que permite toques decorativos que otorgan a la estancia un aire actual y acogedor. Podemos crear un estilo rústico repleto de frescura, creatividad y modernidad. Por ejemplo, en las casa rústicas suele dejarse la piedra antigua de las paredes a la vista. Un efecto extraordinariamente innovador es pintar las otras paredes en tonos azules o tejas. De esta manera, conseguimos una estancia cálida y actual. La funcionalidad y el estilo rústico no son incompatibles. Requiere, eso sí, más detalles decorativos que el tecnológico y no tiene un espíritu tan práctico. En el estilo rústico, el contrapunto vanguardista lo pueden ofrecer las lámparas y el colorido y estampado de paredes, cuadros, flores, sofás, cortinas y demás complementos textiles.
El estilo clásico, eminentemente urbano, mezcla piezas únicas con elementos vanguardistas. Es moderno, muy refinado, pero sin estridencias ni sorpresas. Se trata de crear un ambiente acogedor gracias a una fusión no siempre fácil de la estética clásica y la contemporánea. Siempre es bueno mantener una cierta sensación de espaciosidad. En el estilo clásico, las plantas, los cuadros, las esculturas, los selectos objetos decorativos y la profusión de estampados son cruciales para envolver las estancias con el tan anhelado toque de refinamiento. Si se es amante de la belleza en la mínima expresión, éste no es el modelo adecuado, pues resulta todo lo opuesto al minimalismo. Para conseguir un estilo clásico satisfactorio se requiere un largo proceso, ya que no es tan fácil ir encontrando las piezas únicas de anticuario que vayan encajando perfectamente. No basta con un efecto global satisfactorio; en este estilo hay que mimar cada detalle.
De la misma manera que el "high tech", el "postmodernismo" nació en la arquitectura. Surgió como reacción a la simplicidad de formas que preconizaba el "high tech". El estilo "postmoderno", en el año 2001, aún tiene mucho que decir. Huye de la simplicidad y el excesivo orden y racionalismo. También se aleja del blanco y del negro.
Representa un estallido de colores: verde, azul, amarillo y rojo innovador. No exige excesivo mobiliario pero sí una mayor concesión a las formas y los detalles que el estilo tecnológico. Combina los estilos más diversos, ya que esta línea decorativa permite que cada individuo exprese su sentido de la belleza y la armonía. No hay reglas: se trata de un estilo desenfadado y sin rigidez aparente. Como es un estilo muy osado, corre el peligro de cansarnos con mayor rapidez que la decoración más discreta.
A muchos, los estilos rústicos, clásico, tecnológico o posmoderno no les satisfacen íntegramente. De cada uno de ellos extraen ideas para crear un conjunto personalizado y que responda a sus necesidades más concretas. Debemos ser conscientes de las ventajas e inconvenientes de cada estilo. Es posible cierto eclecticismo. El estilo ecléctico es el que con mayor frecuencia adopta la gente joven, que no suele contar con un holgado presupuesto. Se trata de crear un ambiente bello a partir de diferentes muebles que resulten para cierta estancia y adornar un rincón con detalles rústicos muy económicos.
Pero aun existiendo una cierta libertad estilística, en decoración hay que tener en cuenta ciertas reglas, aunque sólo sea para romperlas. Porque en el fondo, la decoración es tarea de toda una vida, y lo más interesante y divertido es ver cómo evoluciona la casa a lo largo de los años.


First class seating/ autor: Ross Lovegrove / Japón, 2000


Cell-System/ autor: Werner Aisslinger / Germany, 2000


Big Arm/ autor: Shin + Tomoko Azumi / Inglaterra, 2000
 


Djb-blue / autor: Debbie Jane Buchan / Escocia, 1998
 


Please / autor: Isao Hosoe / Italia, 1998



Ics Gran sofá / autor: Roberto Lazzeroni / Italia, 1999


 

Paragaudi / autor: Ingo Maurer / Alemania, 1997


Interior / autor: Marc Newson / Inglaterra, 1988



Francisco Silván
Arquitecto de Interior
www.arquitecturadeinterior.com
C/ Magnolias nº 76 1ª Planta
28029 Madrid
Telf.: +34  91 323 11 56
Fax: +34 91 733 82 54

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